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jueves, 27 de diciembre de 2012

Más allá de la conexión filosófica








Más allá de la conexión filosófica…
 Lcdo. Rubén Rojas Rendón

¡Inédito…! Nunca antes visto en los anales de la pintura y del arte Ecuatoriano es lo sucedido en la exposición colectiva denominada “Salón de Alfaro” (Guayaquil, 9 agosto 2012). Decía Picasso: “Yo no busco, yo encuentro”. También dicen que muchos de los grandes hallazgos en la inventiva humana suceden por casualidad. Pero, en mi caso no es casualidad cuando en múltiples intentos de búsquedas de pronto me hallo un hueso, de hace cien años, y comienzo a escarbar y encuentro más huesos hasta que descubro el cuerpo completo de una imagen arcaica y difusa que relata los hechos acaecidos en la denominada hoguera bárbara: donde fue arrastrado Don Eloy Alfaro Delgado y varios de sus colaboradores.

De la fotografía difusa a manera de arte contemporáneo traspasando la barrera del tiempo, figurativamente hablando, que difumina, borra las huellas del relato o la crítica social para en ciertos casos esconder no más que sus intereses, mentiras y artificios; emerge el arte con directrices tradicionales como recurso y estrategia para esclarecer la escena de la foto borrosa. 

     En el caso de la foto antigua tomada por Carlos Monteverde Romero hace cien años, con una cámara de cajón, captó una “muchedumbre enloquecida arrastrando los cuerpos hacia El Ejido para ser posteriormente incinerarlos.” 

     El resultado de esta propuesta denominada “Proyecto: El arrastre de la escena del crimen” donde de los hechos acaecidos en 1912, cien años después un contemporáneo, a través de Photoshop, hace una manipulación “arrastrando” digitalmente el cuerpo para ser visto y por ende, ofrecer una mirada más impactante. 

     De la fotografía de 1912 a la foto de la actualidad, hasta ahí llegaron ambas, y para esclarecer más los detalles como los hechos que ya no puede visibilizar la foto emerge la lámina de acetato para reconstruir, sobre la foto difusa, y dibujar lo que el ojo humano ve, superando a la computadora… 

     Luego con el recurso de fotos y la actuación en la reconstrucción de los personajes defino lo que ya no permite la foto, y con un recurso tradicional dentro de un soporte alterno (papel periódico) se vislumbra el relato histórico más aproximado a la realidad. Con una suerte de contradicción de los referentes artísticos de la actualidad que pone en jaque al “arte oscuro” para más bien desenmascararlo. 

     Más allá de la conexión filosófica de One and Three Chairs (Una y tres sillas) (1965) de Joseph Kosuth, obra con la que sostiene que la forma física no era crucial en la presentación de conceptos ya que una silla es una foto, la otra es una real y la última es el concepto de silla en el diccionario. Por tanto, se podía eliminar la forma física de la silla quedando la foto y el concepto de silla. Es decir, desde esta propuesta los artistas no estaban obligados a usar los medios artísticos tradicionales, por ende el arte se convertía en un lenguaje o comentarios sobre arte, y cada nueva obra de arte extendía el concepto existente del arte. 

     Él declaraba: “el arte es la definición del arte.” Por tanto, más allá de la conexión filosófica mi propuesta rompe las barreras del tiempo, en un feedback de los hechos circunstanciales del presente con el pasado retratado por medio de una foto que no dio más sin embargo, el recurso tradicional estratégicamente planteado permitió definir detalles significativos y esclarecedores, que dan como resultado un relato visual y teórico, constituyéndose en obra más completa: 

 “Foto enigmática que siempre me atrapó cuando la veía; como si yo hubiera estado en aquel sitio siendo aquel muchacho vendedor que bajando de la vereda, para ver de cerca el cuerpo arrastrado, me grita el dirigente liberal traidor “no te metas muchacho”… Llamado de atención que captó la mirada de los tres hombres que estuvieron a mí alrededor… en el momento de la toma. Pero, como creo… que no existe la reencarnación… supongo que ya estoy dando un paso más adelante de mi pintura describiendo el relato morfológico. 

Tarea que es mi objetivo ulterior. (Esta escena fue construida con fotografías y actuación real, previa al boceto).

El Arrastre de la Escena del Crimen



“Proyecto: El Arrastre de la Escena del Crimen”


Por Lcdo. Rubén Rojas Rendón
Iba a realizar una obra sencilla con la foto que escogí, y que captó,  hace 100 años, la escena del arrastre de los cuerpos hacia  El Ejido para ser quemados; pero, de pronto, comencé a ver a los personajes entre las sombras de la foto no visible. Por tanto, me animé a revelar lo que veía y así emprendí una investigación exhaustiva de la imagen ampliando los pixeles de la foto al máximo, achicándola y volviendo a ampliarla y yo acercándome y alejándome una y otra vez. 
     Para ello, utilice la foto original y la foto truncada, que circula en las redes; y, resalté sobre la foto trucada (a través de Photoshop modificada digitalmente) con marcador permanente rojo el arrastre del cuerpo más visible y a toda la escena del crimen al puro estilo forense para resolver un caso criminal (“nadie se me mueve de la escena del crimen, diría yo en aquella época”).

     Entonces, sobre la lámina, no sólo que resalté sino que reconstruí a los personajes involucrados: los observadores pasivos, los cómplices y encubridores. Convirtiéndose la lámina de acetato en un arte alterno. Luego para confirmar lo que veía tome varias fotos por personaje para reconstruir cada postura, cada aptitud y detalles de la foto real y de la trucada (solo tiene tres cambios). 

     El siguiente paso era dibujar sobre papel con lápiz toda la escena ya con detalles específicos y es ahí donde entra en acción el arte del dibujo para construir “un rostro sobre cada máscara oculta por el tiempo”. Si bien los rostros nunca serán los mismos de aquella época; sin embargo, quedará libre de interpretación en base a la posición en el plano, por la postura y aptitud con respecto a la escena del crimen. 


     El último paso sería ya la representación y “aproximación” hecha en óleo sobre papel periódico (en este caso), y como un primer boceto pictórico construyendo un relato histórico “nunca antes resuelto”. Por tanto, este trabajo lo defino como “Proyecto: El arrastre de la escena del crimen”. Ya que el objetivo es a futuro realizar una mega pintura reconstruyendo un relato totalmente ajustado a la posible realidad del hecho histórico acaecido hace 100 años escenificado en la foto original.   


 

LOS GRILLOS PERPETUOS



Artista Nicol Cruz Sanjínez con su obra “Los Grillos Perpetuos”.

LOS GRILLOS PERPETUOS (III)
Erase una vez que cientos de grillos merodeaban las calles de una ciudad perdida. Los grillos dormían de día y grillaban de noche. Iban de casa en casa guiados por la luz de las lámparas. 

     Ellos tenían a un guía pendenciero y negociador pues pagaba mal a los grillitos que eran llevados de un lugar a otro para que con su cántico estridente torturaran a los humanos. 

     Entonces, en un día lejano, fue llamado su líder para ir a las cárceles a atormentar a los reos: el líder, “un liberal traidor”, se dirige a ellos: “grillos me han encomendado una especial empresa que consiste en ir a torturar a un famoso general y nos van a pagar bien, así que ya no molestaremos en las casas sino que ahora sólo a ese político… Crick, crick, crick… ja, ja, ja.” 

     Pues, entonces desde el primer día cientos de grillos invadieron la celda y sin mirar a quién torturaban sólo se remitían a gritar una y otra vez. Pero todos grillaban menos uno, lo que llamó la atención de una grillita bonita llamada Gryllidae que no sabía porque grillaba, entonces le pregunta ¿por qué no grillas señor grillo? El grillo la mira fijamente y le contesta: “porque soy el único que sé quién es ese señor al que no han dejado en paz”. 

     ¿Quién es?, pregunta Gryllidae. El grillo la mira fijamente como sorprendido de que por lo menos alguien se molestaba en preguntar por qué grita, cosa que no acostumbraban hacer los grillos, “es el general Eloy Alfaro Delgado”; y, antes que la otra pregunta caiga por su propio peso, le explica quién es Eloy. 

     Pues ya eran dos los del silencio…, hasta que otro se detiene y pregunta por qué no grillan, pues Gryllidae le explica; ya eran tres, y así sucesivamente, hasta que casi todos dejaron de grillar. 

     Pero Gryllidae para poner fin a la bulla se pone cerca del personaje y se dirige a la multitud para explicar a   quien están gritando: Todos enmudecieron  y sobrevino un silencio, el personaje respiró y todos se formaron alrededor de él haciendo honores, pues el cántico estridente se hizo un canto sublime y armónico que   tornó de dorado al general Eloy Alfaro Delgado, y todos ellos alrededor del escrito de Juan Montalvo que lo defendía del tirano Veintimilla,  quién había enviado a ellos, los grillos, en perpetuo cántico de honores. 

     La Gryllidae concluyó manifestando a la grillada que si en un futuro se convirtiera en un humano también le dedicaría una obra: pues sucedió 100 años después ella es Nicol Cruz Sanjínez.