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jueves, 27 de diciembre de 2012

INCÓLUME



OBRA DE WILSON QUICHIMBO GILBERT: “INCÓLUME”
 
“Sólo sus manos”
Y vino el clima anti alfarista a mediados de 1911. El pronóstico del tiempo culminó el 11 de agosto con un golpe de estado militar, la suerte estaba echada: la presidencia dimitió y quedó vacante y “apetecible”… 

     El congreso le rasgó todas sus insignias y quedó despojado de todo valor. Y vinieron las persecuciones a su movimiento, a sus aguas, a sus frentes, a sus amigos. Uno a uno fue desfilando el cortejo fúnebre a manos de los “Don Nadie”. La garantía para él y para sus aliados fue palabra asesina, no había perdón. 

     “Una llama como él, que aparenta apagarse solo se agiganta; por tanto, hay que apagarla para siempre, probablemente decían ellos”… Él regresa sólo para subirse al tren de su fatal destino…, al tren de su muerte. La penitenciaria, sección E, fue su última estancia como “Premio Noble” por todo que había hecho en su vida. Aclamado por 4000 personas para su muerte. Los infiltrados traidores ya con la consigna asaltaron la celda y la llama del hombre se apagó para siempre: lo arrastraron por las calles; lo vilipendiaron, lo degradaron y lo castraron. 



     No había rieles sólo piedras en el camino que cercenaban su piel anciana; 70 años no valía el menor respeto por una muchedumbre enloquecida.  Los dirigentes traidores, los cómplices y encubridores y los observadores pasivos fueron los actores de la más vivencial película de terror hecha en Ecuador hacia 1912. Sólo la mano quedó casi intacta de la brutal hoguera bárbara como testimonio de su obra y legado. ¡La llama aún vive!
Rubén Rojas Rendón 25-08-2012

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