Artista
Nicol Cruz Sanjínez con su obra “Los Grillos Perpetuos”.
LOS GRILLOS PERPETUOS (III)
Erase
una vez que cientos de grillos merodeaban las calles de una ciudad perdida. Los
grillos dormían de día y grillaban de noche. Iban de casa en casa guiados por
la luz de las lámparas.
Ellos tenían a un guía pendenciero y
negociador pues pagaba mal a los grillitos que eran llevados de un lugar a otro
para que con su cántico estridente torturaran a los humanos.
Entonces, en un día lejano, fue llamado su
líder para ir a las cárceles a atormentar a los reos: el líder, “un liberal
traidor”, se dirige a ellos: “grillos me han encomendado una especial empresa
que consiste en ir a torturar a un famoso general y nos van a pagar bien, así
que ya no molestaremos en las casas sino que ahora sólo a ese político… Crick,
crick, crick… ja, ja, ja.”
Pues, entonces desde el primer día cientos
de grillos invadieron la celda y sin mirar a quién torturaban sólo se remitían
a gritar una y otra vez. Pero todos grillaban menos uno, lo que llamó la atención
de una grillita bonita llamada Gryllidae que no sabía porque grillaba, entonces le
pregunta ¿por qué no grillas señor grillo? El grillo la mira fijamente y le
contesta: “porque soy el único que sé quién es ese señor al que no han dejado
en paz”.
¿Quién es?, pregunta Gryllidae. El grillo la
mira fijamente como sorprendido de que por lo menos alguien se molestaba en
preguntar por qué grita, cosa que no acostumbraban hacer los grillos, “es el
general Eloy Alfaro Delgado”; y, antes que la otra pregunta caiga por su propio
peso, le explica quién es Eloy.
Pues ya eran dos los del silencio…, hasta
que otro se detiene y pregunta por qué no grillan, pues Gryllidae le explica; ya
eran tres, y así sucesivamente, hasta que casi todos dejaron de grillar.
Pero Gryllidae para poner fin a la bulla se
pone cerca del personaje y se dirige a la multitud para explicar a quien están gritando: Todos enmudecieron y sobrevino un silencio, el personaje respiró
y todos se formaron alrededor de él haciendo honores, pues el cántico
estridente se hizo un canto sublime y armónico que tornó de dorado al general Eloy Alfaro Delgado,
y todos ellos alrededor del escrito de Juan Montalvo que lo defendía del tirano
Veintimilla, quién había enviado a ellos,
los grillos, en perpetuo cántico de honores.
La Gryllidae concluyó
manifestando a la grillada que si en un futuro se convirtiera en un humano también
le dedicaría una obra: pues sucedió 100 años después ella es Nicol Cruz Sanjínez.
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