Textos: Rubén Rojas Rendón
OBRA DE CESAR
GUALE VERA / DIBUJO SOBRE CARTULINA.
El dibujo como crítica cultural, a la mecánica del
circuito del arte, en un juego o artificio, de la degradación lumínica en el
espacio objetual, esbozando, con la ironía de mi propia existencia, la
logística del arte actual.
Escala de valores que envuelven al artista, al
curador, a los gestores culturales como simples espectadores que circulan
fantasmalmente de manera transitoria y ciega por las salas culturales.
Mina
cognitiva que conduce al goce estético del “cadáver- dibujo exquisito” como piedra no
preciosa que la tradición lo descarta; pero que el arte contemporáneo lo
redescubre y lo resinifica, como
ente independiente, por su propio peso como medio,
siendo la misma oscuridad, la penumbra, y los grises su característica de
facturación (luz y sombra en la historia del arte).
El dibujo, aún sostén del óleo, actor y protagonista en un salón de pintura emancipado como
arte autónomo a través de la composición uniforme y militante de las partículas
de grafito, y no como cadáver sepultado por el óleo. Es decir, el protagonista de la obra es el
dibujo como en un funeral en la sala de exposiciones.
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